martes, 3 de junio de 2008

El circo.

Este fin de semana la he pasado de maravilla, como hacía mucho tiempo no pasaba uno. El sábado fuimos al circo Atayde, instalado en el malecón de la ciudad, me hizo recordar muchas cosas, principalmente a mi abuelito (q.e.p.d.) él era quien me llevaba al circo, que antes se instalaba en lo que ahora es el estadio Leandro Domínguez, y era fabuloso ver el zoológico ambulante que traían, a los acróbatas, malabaristas, magos y por supuesto a los payasos, haciendo memoria recuerdo circos de gran tamaño, algunos con dos pistas, en alguno de ellos vi la esfera de la muerte, que consistía en una gran esfera de metal y en su interior dos motociclistas a gran velocidad cruzándose entre ellos, y las gradas repletas de personas que acudían a ver el espectáculo. Trístemente se va perdiendo esa tradición, y ahora prefieren ir al cine, o rentar películas o videojuegos o ir a alguna de las dos plazas que hay en la ciudad, y digo esto porque el circo no estaba ni medio lleno, y aunque no es de gran dimensión como los de antaño la calidad de los artistas que se presentaron fue suficiente para que valgan la penas las dos horas que tarda el espectáculo, entre otros actos uno que me llamó mucho la atención fue el de unos trapecistas, que ayudados con unas ligas tipo bungee, y ataviados con unos trajes de telas fluorecentes hacían mas atractivo su espectáculo. Y no podían faltar los animales del circo, entre ellos un pony con un monito como jinete, un par de osos grises, una llama del Perú (así la anunciaron), y un caballo percherón grandísimo, negro con su pelaje brillante muy bonito.
Luego sigo pues tengo algo de trabajo.
P.D. Las fotos se las debo pues pensé que como en muchos lugares las cámaras iban a estar prohibidas, sin embargo si las permitieron al final del espectáculo para tomarse fotos con los artistas.

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